A los 11 años, soñaba con ser médica, abogada ambientalista y periodista. La sociedad lo considera imposible… sin embargo, hoy me dedico a una mezcla de las tres profesiones. Tengo mi lugar en la sociedad; es único.

Juntos, cada uno en su propio ámbito, creamos un mundo mejor, ofreciendo a nuestras familias y al medio ambiente mayor paz, alegría y armonía.

Nací sin antebrazo y crecí en una familia disfuncional donde la manipulación, la violencia y el abuso eran moneda corriente. Mis padres siempre me presionaron para que hiciera lo mismo, o incluso mejor, que los demás para compensar mi discapacidad. Hicieron todo lo posible por criarme; sobre todo, me inculcaron el gusto por la excelencia, la belleza y la generosidad. Gracias a esa experiencia, también estudié la Biblia y la teología.

En la adolescencia, mi falta de confianza en mí misma, mis creencias educativas y las limitaciones del sistema… me llevaron a autocensurarme. Sin creer ni en mis sueños ni en mí mismo, elegí un diploma que me abriera oportunidades concretas y rápidas: un certificado en actividades comerciales.

A los 19 años, entré a trabajar en una empresa pública. Me enorgullecía contribuir al mundo ayudando a otros a ahorrar energía; era beneficioso para los consumidores y bueno para el medio ambiente. Sin embargo, después de cuatro años, me encontré agotada tanto personal como profesionalmente. Trabajaba jornadas de 12 horas, mi relación se desmoronaba y sentía un profundo dolor.

Mi primer despertar espiritual ocurrió el día que cumplí 25 años. Abrumada y sin palabras, me enfrenté a mi tormento interior. Escuché un susurro de mi alma: «Haz algo por la Tierra». Fue el comienzo de una década de introspección.

Regresé a la universidad, a una importante escuela de negocios francesa. Obtuve una maestría en Administración. Luego cumplí dos sueños: vivir en Quebec y trabajar en el sector ambiental. Al mismo tiempo, me divorcié, fui a psicoterapia e incluso exploré el teatro, el chamanismo y el Reiki.

De vuelta en Francia, entré en la jaula dorada del éxito social y conseguí un codiciado puesto directivo en una multinacional. Rápidamente, una inquietud interna se apoderó de mí. Me negaba a escuchar; tenía miedo al cambio y a lo desconocido.

En 2006, la vida me alcanzó y me dio un golpe durísimo: un choque a 90 km/h contra una furgoneta blindada Brings. Mi cuerpo salió ileso, pero sufrí terriblemente las múltiples consecuencias. Solo las medicinas naturales me ayudaron a superarlo: aromaterapia, osteopatía, hipnosis y fisioterapia en Mézières.

Me reconstruí a través de las medicinas naturales, el voluntariado en aceites esenciales, actividades artísticas y escuchando mi intuición. Dejé mi trabajo (con permiso sin sueldo), mi apartamento, a mi novio y mi vida en París, y seguí la llamada de ir a Italia, a la Toscana. Allí, redescubrí la maravilla de la belleza, la bondad y la alegría de vivir de forma diferente.

En 2007, partí hacia Quebec con una visa de residencia. Allí, en una escuela de aromaterapia integral, descubrí cientos de plantas y sus esencias aromáticas. Me liberé de ideas preconcebidas y me formé en aromaterapia, sanación energética, asesoramiento, salud holística y chamanismo.

En 2008, comencé a impartir clases de aromaterapia básica en la Academia. Después, creé mi primer curso de Aromaterapia Integral para animales y sus dueños. Posteriormente, una fuerte intuición me guio para continuar mi viaje por Europa, hacia el Mediterráneo. Viajé a Italia, Serbia, Croacia y Macedonia, donde busqué la paz interior, reconciliándome con la religión cristiana y la esencia de su mensaje.

La guinda del pastel llegó el día de mi cumpleaños de los 33 :  el tantra interior espiritual. La práctica tántrica meditativa me llevo a una delicia para todos mis sentidos: bienestar, paz interior, desapego… Empecé a comprender que el viaje interior era el mayor de los placeres.

En 2009, inicié un viaje de tres años hacia la comprensión humana y la salud holística. Al mismo tiempo, acepté una invitación para vivir en México por un tiempo. Fueron encuentros extraordinarios, ricos en significado, conocimiento y sabiduría ancestral (tradiciones azteca, maya y tolteca).

En 2012, renuncie a estudiar el doctorado en Desarrollo Sostenible para sumergirme en experiencias chamánicas.

Acepté cada vez más los estados de trance. Llegaban sin previo aviso, sin la influencia de ninguna sustancia, sin ninguna investigación previa de mi parte. Poco a poco, acepté mi relación con lo Divino, sin temor. Una noche de luna llena en Wesak, en trance, canalicé las primeras sinergias aromaticas alquímicas.

Regresé a vivir a Quebec, con la intención de echar raíces durante la próxima década. En seis meses, varias experiencias dolorosas desmoronaron las certezas de mi ego y derribaron las barreras internas. Mi «tierra interior» se liberó, mi útero comenzó a «vibrar» con mayor frecuencia. Empecé a recibir mensajes de la memoria universal que reside en mí, testimonios de la transformación de la sexualidad a lo largo de la historia: ritos y referentes de antiguas sociedades matriarcales, sexualidad sagrada, el papel de las sacerdotisas, la transmisión del conocimiento y el poder a través del linaje femenino, en particular el de María Magdalena.

Durante este período de transformación interior, mi pequeño brazo derecho, al igual que el de Milo, creció el doble, unos centímetros. Sí, claro…

En sintonía con la vida, acepté una oferta en Italia. Fue como un retiro espiritual, un retiro para explorar mi mundo interior. Me permitió reconectar con mi capacidad de transformar la energía a través del corazón y el útero, y escribir un libro sobre mi viaje de diez años.

En 2012, una llamada interior me trajo de vuelta a México durante seis meses. Allí, tuve experiencias iniciáticas con los mayas, en la selva lacandona y en los sitios sagrados de Chiapas. Una estancia y formación con sanadoras zapotecas me permitió profundizar en su cultura ancestral. Continué recuperando raíz y poder en mi matriz.

A finales de 2012, comencé a compartir este conocimiento ancestral relacionado con el despertar de lo sagrado femenino en la matriz, la plena vitalidad y el poder creador de la tierra uterina. Las esencias aromáticas ganaron popularidad y expandí la transmisión de la aromaterapia integral a través de talleres y cursos de formación. En paralelo, acompañé tres años como asistente a un grupo de sanación esenio.

En 2013, respondiendo a la llamada de lo desconocido, renuncié a unos compromisos con la tradición esenia para experimentar otra etapa de la vida: la maternidad. Comencé una década de experiencias con la mujer madre. Quebec, Brasil, Bolivia, Perú… Nueve meses después, en circunstancias inusuales, di la bienvenida a un alma a mi vientre. El comienzo de una maternidad extraordinaria y desafiante.

Paralelamente, me formé en Ayurveda integral. Me entusiasmaron de inmediato los resultados de mi práctica diaria, aunque a veces la encontraba restrictiva. También estudié terapia Marma con tres niveles de profundidad.

De 2016 a 2019, estudié permacultura (cómo replicar las leyes de la naturaleza) y luego permacultura humana con Bernard Alonso. Descubrí una herramienta fascinante con aplicaciones prácticas de permacultura humana y sus contribuciones concretas para apoyar las transiciones de la vida personal y profesional. Estas herramientas complementan las anteriores. Tras un año de colaboración y práctica, me convertí en facilitador de permacultura humana.

Desde 2020, ofrezco a mujeres y profesionales del bienestar un apoyo holístico e integral para su bienestar y transiciones vitales (físicas, emocionales, mentales y espirituales) con un enfoque multisensorial que combina tradición y neurociencia. Aromaterapia integral, Ayurveda integral, permacultura humana, técnicas y conocimientos de culturas ancestrales.

Ofrezco programas de formación personalizados de 3 a 22 semanas en alquimia aromatica y feminina, Amater, Aromessencia, Aromessence Ter’happy. Se pueden vivir en línea desde tu casa. Tambien ofrezco acompagnamiento personalizado en 3 sessiones.

¡Me encantará compartir contigo el arte aromatico y herramientas multisensoriales. Bendiciones y florecimiento !